Este fin de semana aproveché para sacar los patrones del chaleco, totalmente despreocupada de las telas, pues David ya se hizo cargo de ellas. Según mis planes mentales solo era sacar los patrones, cortar y en un plisplas, chaleco al canto!
Inocente...
Con el patrón no hubo ninguna dificultad, ya que tiene poca modificación de un patrón base: alargar el faldón delantero, modificar la costura del hombro y algunos destalles más. Ya iba pensando en si utilizar entretela de planchar o de coser. Cuando tuve los papeles con las modificaciones pertinentes adecuadas para David, me puse a buscar las telas.
He de decir que la primera parte del proyecto de Abril ha causado un cierto desbarajuste a mi estudio. Hacer el vestido, que tuve que modificar en el último momento por un problema con la cremallera, los cojines y el sushi, envolverlo todo, la chaqueta, ultimar el tocado, que se le caían las plumas, salir corriendo hacia Barcelona, volver agotados... vamos, que mi cuarto de costura estaba un poco manga por hombro. Bueno, un poco no. Era lo que mi madre hubiera dicho una leonera.
En fin, que intenté buscar infructuosamente entre las mil bolsas llenas de telas que tenía amontonadas mientras un par de gatos, cuya identidad voy a mantener oculta, aprovechaban para esconderse en cualquier bolsa abierta que vieran, con el consiguiente susto mío, cuando volvía a buscar otra vez en las mismas bolsas. Resultado: acabé acalorada, mareada y arañada desde los codos pero sin idea de donde podía parar la tela para el chaleco del David. Eso sí, mejoré sobremanera mis bufidos felinos, viendo como salieron corriendo esas dos fieras de mi cuarto.
En un primer momento coqueteé con la idea de no decirle nada a David y comprar a escondidas la tela que había elegido. Pero se me planteaban dos problemas:
- La tela había sido escandalosamente cara. Bueno, tal vez no tanto, pero si demasiado para lo que me suelo gastar yo en telas, y me daba acidez de estómago solo pensar en desembolsar esa cantidad para un mísero metro de tela.
- La tienda donde lo compró estaba en liquidación. Era más que probable que ya no tuvieran ni un retal de esa tela, y no me imagino a David yendo con los colores que seguramente quedaran, como el rosa o el amarillo limón.
Respiré hondo y se lo conté, esperando ver su cara de decepción, pero después de ver el estado de extraño equilibrio que había en mi cuarto, solo se rió y me dijo: "Estar, seguro que está, solo que lo mismo tienes que pasar a una dimensión paralela para encontrarla."
Así que no me ha quedado otro remedio que arremangarme la camisa, echar a los gatos y enfrentarme a ese desorden costuril. He aprovechado para tirar un par de cosas que guardaba por si acaso pero que ni acaso llegó, mover un par de muebles para tener más espacio y aún me queda colocar la mayor parte de las telas. ¿Pero sabéis que? En el sitio más insospechado, cuando estaba colocando unas telas en la estanteria, ví un fugaz y apagado rastro morado. Y ahí estaba, perfectamente doblado y esperando pacientemente, el damasco morado del chaleco de David.
Y es que no hay nada como el orden, aunque sea un orden caótico como el mío, porque estar estaba, aunque no donde yo lo había desordenado.
En fin, que ayer me puse manos a la obra y ya tengo cortadas las piezas de la tela y del forro. Solo tengo que comprar la entretela, que ya no tenía y mirar unos botones bien piratones. ¡Que se me acaba el plazo este viernes!
jolin, ke peripecias para encontrar el dichoso trozo de ropa.En ocasiones a mi tambien me ha pasado, pero ahora ya me lo tomo con más filosofia,y no me inmuto , ya aparecerá y cuando estas trankila y vuelves a mirar , allí aparece.besos . roser
ResponderEliminarDoy fe. Ahora solo queda empezar con mi estudio a buscar el regalo de David (otro David), que estara más o menos por la misma zona en la que estaria la tela mia, pero en mi cuarto. :P
ResponderEliminarHolaaa!!! Tia te digo uan cosa, porque no pruevas de escribir un libro?¿? Yo te lo compraria seguro!!! Me encanta como escribes!!! Me quedo toda atenta leiendo tus entradas... que me olbido que tengo que disimular porque estoy ene l trabajo...aix...
ResponderEliminarPues me han encantado los shushis y todo lo que haces!!!
Bueno ya tengo ganas de ver el chalequito pirata!! Besos ^^
jajajjaja! me hablas de desorden! creo que todas tenemos la tendencia a acumular, acumular y acumular! no te pasa, que te sabe mal hasta tirar un pequeño retalito que te ha sobrado?
ResponderEliminarcomo a mi me gusta mucho lo de clasificar, encontré la solución y tengo en un altillo de mi cuarto de costura una bolsa para retalitos de tela que me han sobrado (ideal para ir a buscar trocito para hacer monederos, sombreros...), otra bolsa con retalitos de forro (para utilizarlos al hacer lo anterior), una bolsa para forros bastante grandes como para almenos forrar una falda y una bolsa con trozos, trocitos y demás de entretela! es la única manera de mantener un poco el orden del altillo y ocupar el mínimo espacio posible. Y las telas? las guardo plegadas en el mismo altillo y sin bolsas, para que las pueda ver todas con solo abrir la puerta del altillo. Antes las guardaba en bolsas, pero es imposible encontrar nada de nada! Así, solo abro la puerta y veo dos montañas de telas una encima de la otra totalmente todas a la vista! Además, tengo un baúl en el que tengo, en bolsas, cada uno de los proyectos que tengo en marcha! para que el altillo no se ponga caótico del todo.
Espero que mi experiencia en ordenar lo imposible de ordenar, te sea de ayuda.
Saludines,
Esther