viernes, 14 de agosto de 2009

Husqvarna Sapphire 850

Pronto me dieron el alta y volvió la rutina, pero una pequeña ansia se había instalado en mi corazón.

El poder creativo que había descubierto haciendo el collar corsé me asombraba y necesitaba comprobar si había sido producto de un instante fugaz de tenacidad o realmente tenía mano para las agujas.

El único obstáculo era una desvencijada máquina de coser de más de treinta años. Adoraba esa máquina porque representaba toda la añoranza que sentía por mi madre. Pero no podía utilizarla. Hacerlo sería como explotar laboralmente a una anciana.

Empecé a mirar donde comprar una y pronto me encontré cerca de mi casa la tienda Maquiborda. Además de unmagnífico museo de maquinas de coser, tenían máquinas desde la más sencilla hasta industriales, pasando por remalladoras y bordadoras. Recuerdo que pasé y me enseñaron una, poniendo todo tipo de facilidades para que viera como funcionaba. Me lo tuve que pensar un poco, porque quería una maquina buena, que me durara muchos años y con la que pudiera hacer todo tipo de trabajos, pero tampoco podía dejarme el sueldo en ello.

Me convencí cuando empecé a recibir pedidos de mis complementos goth. De golpe y porrazo era importante que las puntadas fueran regulares, que los remates fueran lo más invisibles posible y que las manipulaciones y rectificaciones fueran mínimas. Me sentía responsable. Y jubilé mi máquina.

Llamé a Maquiborda y me dijeron que me enviaban un comercial a casa. Les comenté que no era necesario, pero insistieron. Era el servicio habitual: así me enseñaban los catálogos, veían la máquina que tenía en casa sin que yo me molestara en llevarla. Cuando pasó el comercial entendí porque se dedicaba a vender. Tenía una labia desbordante. Si no hubiese estaba ya convencida de lo que quería, me habría convencido sin dudar. Pero no fue necesario. Le dije mis necesidades y me dijo la máquina que más de adecuaba a ellas. Justo la que yo había mirado. Y la transacción no duró ni media hora.

Mi elección fue la Husqvarna Sapphire 850, que aunque se me iba un poco del presupuesto inicial que me había impuesto, valía la pena por las funciones que tenía. Temía un poco que toda esa ilusión inicial que tenía se apagara con el tiempo, acabando por tener una cara máquina cogiendo polvo. Pero un palpito me decía que eso no sucedería.

Y si la queréis conocer más profundamente... aquí.

5 comentarios:

  1. Bueno, ya veo que aparte del tema autobiográfico has empezado a poner fotos de tus creaciones (Incluido el (i)Halskorsett(/i) que sabes que me encanta). Espero que te lances más en ese sentido, que sé que tienes un laboratorio montado importante...
    Nos vemos.

    ResponderEliminar
  2. Pues esa es la idea!! Tengo muchas ganas de enseñar todo lo que tengo hecho y mis proyectos futuros :D

    ResponderEliminar
  3. Buenos dias:
    Ya se que la entrada es un poco rara pero me gustaria consultarte sobre la husqvarna 850 , ya que no nos conocemos de nada, y entronces no tendras ningun interes en desorientarme.
    Me han ofrecido una Husqvarna 850 con poco uso, y como hay tanta variedad en el mercado tengo mis dudas, ¿Es tan fantastica? ¿Has tenido algún problema con ella?
    Gracias anticipadas.
    Carmen

    ResponderEliminar
  4. Fantastica!! En todos estos años no he tenido ningun problema con ella, y es super versatil. Si te puedes hacer con una, no lo dudes!!

    Que la disfrutes :D

    ResponderEliminar
  5. gracias, ya te diré si me hago con ella.
    Un beso

    ResponderEliminar