miércoles, 12 de agosto de 2009
Complementos
Empecé a replantearme el tema de la costura al ver los precios de los complentos goth que más me gustaban. Nunca he sido de comprarme mucha ropa, me conformo con ir con unos pantalones cómodos y una camiseta, menos cuando me apetece ir más tenebrosa.
Se podría decir que tuve una temporada en la que coleccionaba corsés y os puedo asegurar que son de todo menos baratos. Pero no me importaba pagar esos precios porque sabía la dificultad que entrañaba hacer uno. La cosa cambiaba cuando iba mirar unas muñequeras o un collarín y veía que me costaban hasta trenta o cuarenta euros, sin que yo alcanzara a entender el porque de esos precios. ¿Eran de seda salvaje o terciopelo auténtico? No. ¿Cosidos con hilos de oro o joyas de plata? No. ¿Piedras preciosas? NO. La mayoria de las veces eran pedazos de telas cosidas en serie, sin forro, con las piezas pegadas y rematados dudosos.
Así que me dije que peor que eso no lo podía hacer. En ningún momento, pero, lo considere costura. Para mi costura era hacerse una falda o un vestido. Hacer complementos entraba dentro de la categoria de manualidades. Eso sí podía hacerlo.
Mi primera idea era hacer unos manguitos para los brazos y para eso tenía material suficiente. De arreglar los bajos de una falda (es lo que tiene ser bajita) tenía retales de polipiel y del proyecto inacabado de la capa tenía restos de forro de raso.
El resultado fue este :
Mejorable, es cierto, pero no pagué una millonada por ellos, y daban el pego. Cómodos y fáciles de hacer. Que más podía pedir?
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